No es recomendable asignar nombres a nuestros ángeles de la guarda o custodios, según la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos del Vaticano. Sin embargo, el término «Santo Ángel Guardián» refleja el vínculo profundo que tenemos con el ángel que Dios nos ha asignado. Al igual que solo hay una madre y un padre que pueden responder cuando los llamamos, entre todos los coros de ángeles, hay un único ángel que nos escucha cuando clamamos: «¡Querido Ángel Custodio, ayúdame!».
Prueba esta oración:
Querido Ángel custodio, mediador entre mil escogido, que velando por mi noche y dia me enseñas mi deber, pidele a Dios que de mi se apiade y de bajar al abisme me libre, ahora y siempre Amén.