Los Santos y los Ángeles: Sor María de Jesús de Ágreda

La VENERABLE SOR MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA (1602-1665) escribe en su famoso libro Mística ciudad de Dios:

En una ocasión: Aparecióseme por mandato de Dios mucha multitud de ángeles de todos los coros y jerarquías, hermosísimos y con distinción de cada jerarquía, y me dijeron: El Altísimo manda y dispone que seas nuestra compañera, que tu trato y conversación sea con nosotros y te has de asimilar a nuestra naturaleza, imitándonos en lo que hacemos. A todos los coros y jerarquías has de imitar, mirando nuestros oficios, a unos en el amor fervoroso; a otros en la ciencia que recibimos… En la reverencia, amor, adoración y culto que tenemos a Dios nos has de imitar; y en el trabajar por las almas has de imitar a los ángeles de la jerarquía inferior, que las guardan. Pasado esto, sentí que me presentaban ante el trono de la Santísima Trinidad… Y el eterno Padre mandó a los ángeles que me admitiesen por compañera y a mí que lo fuese y que obrase como ellos [1].

También vi multitud de ángeles de la primera jerarquía, que me decían:
Compañera y amiga nuestra, ven con nosotros.
– ¿A dónde van?
– A pedir por las almas que tenemos a nuestro cargo, de las que somos custodios. Somos vigilantes y ayudadores fidelísimos. Las asistimos en todos sus trabajos, las quitamos de los peligros. Repetidas veces, las apartamos de los demonios, les administramos santos pensamientos. Si vemos que se ponen en peligro de pecar, las amonestamos para que se aparten. Muchas veces, duermen y nos desprecian, no invocándonos y nosotros les estamos haciendo beneficios [2].

[1] Sor Mª de Jesús de Ágreda, Mística ciudad de Dios, Ed. Villena, Madrid, 1985, p. 317-318.
[2] ib. p. 368.

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