EL BEATO BERNARDO HOYOS (1711-1735) escribe:
La víspera del Corpus, al comulgar, me pareció estar rodeado de espíritus angélicos, que hacían compañía a su rey sacramentado. Sentí, en particular, la amable presencia de mi ángel y de san Juan Evangelista, que continuamente me asisten. Y luego recibí una luz especial para
comprender la excelencia del Santísimo Sacramento del amor.