Los espíritus también dan remedios medicinales

Hace unos años tuve que estudiar  sobre la dislexia que padecía uno de mis hijos y encontre un libro maravilloso que me ayudo mucho. El don de la dislexia por Ronald R Davis.

En la pagina del metodo Davis para la Dislexia leemos:

En 1980, a los 38 años de edad, Ron Davis corrigió su propia dislexia cuando encontró una manera de eliminar las distorsiones perceptuales más comunes. Por primera vez en su vida pudo leer y disfrutar un libro.

Después de hacer investigaciones clínicas independientes y de trabajar con expertos de diferentes campos, Ron perfeccionó su programa para corregir la dislexia en adultos y niños.

En 1982, Ron Davis y la Dra. Fatima Ali, Ph.D., abrieron el Reading Research Council Dyslexia Correction Center en California, obteniendo un 97% de éxito al ayudar a sus clientes a superar sus problemas de aprendizaje.

La manera de eliminar la distorsión la recibió R.R. Davis por la aparición de un familiar difunto que le dio la clave para resolver el problema.

Pero no son los únicos espíritus que dan instrucciones para sanar enfermedades.

Tenemos el caso de Santa Hidelgarda:

Santa Hildegarda de Bingen O.S.B. (en alemán: Hildegard von Bingen; Bermersheim vor der Höhe, Sacro Imperio Romano Germánico,16 de septiembre de 1098-Monasterio de Rupertsberg, 17 de septiembre de 1179)  fue una abadesa, compositora, escritora, filósofa, mística, líder monacal, médica, polímata y profetisa alemana.1​ Conocida también como la sibila del Rin y como la profetisa teutónica.

Tuvo visiones

Desde niña, Hildegarda tuvo débil constitución física, sufría de constantes enfermedades y experimentaba visiones. En una hagiografía posterior escrita por el monje Teoderico de Echternach se consignó el testimonio de la propia Hildegarda, donde dejó constancia que desde los tres años tuvo la visión de «una luz tal que mi alma tembló».​ Estos hechos continuaron aún durante los años en que estuvo bajo la instrucción de Judith quien, al parecer, tuvo conocimiento de ellos. Vivía estos episodios conscientemente,​ es decir, sin perder los sentidos ni sufrir éxtasis.​ Ella los describió como una gran luz en la que se presentaban imágenes, formas y colores; además iban acompañados de una voz que le explicaba lo que veía y, en algunos casos, de música.

«No oigo estas cosas ni con los oídos corporales ni con los pensamientos de mi corazón, ni percibo nada por el encuentro de mis cinco sentidos, sino en el alma, con los ojos exteriores abiertos, de tal manera que nunca he sufrido la ausencia del éxtasis. Veo estas cosas despierta, tanto de día como de noche.’»
Hildegard al monje Guibert. Ep. CIII.

¿Que nos han dejado estas visiones?:

El libro llamado “Physica” es un libro de ciencias naturales que describe 513 plantas, animales, elementos y piedras preciosas. El libro llamado “Causae et Curae” describe como servirse de estas plantas, animales y piedras para beneficiarse se sus virtudes curativas. En el encontramos recetas de elixires, de ungüentos, de infusiones. Hay también indicaciones de cómo tomar baños o la sauna o incluso de mantener una higiene correcta.

Vamos a poner de ejemplo lo que escribe sobre la esmeralda:

«La esmeralda crece por la mañana al alba cuando el sol está en lo más potente […]
»es fuerte contra todas las debilidades y enfermedades del ser humano porque el sol la prepara y porque toda su materia es verdor del aire.
»Por consiguiente, a quien le duela el corazón, el estómago o el costado, mantenga esmeralda junto a sí para que la carne de su cuerpo se caliente con ella, y mejorará.
»Pero si la peste le inunda de tal modo que no puede contener su borrasca, entonces póngase esmeralda enseguida en la boca para que se moje con su saliva y para que su saliva se caliente con la piedra, y meta y sáquela de su cuerpo muchas veces, y las repentinas inundaciones de la peste cesaran sin duda.
»Y si alguien se cae aquejado de epilepsia, pónle esmeralda en su boca cuando yazca prostrado y su espíritu revivirá; y después que resucite, que él se saque la pìedra de su boca, la mire atentamente y diga: “Lo mismo que el Espíritu de Dios llenó el orbe de las tierras, así su gracia llene la casa de mi cuerpo y nunca se vaya de aquí” y hágalo así nueve días seguidos por la mañana y se curará. Tenga esta piedra siempre junto a sí y mírela todos los días por la mañana y mientras la mire diga las palabras antedichas y sanará.
»Y al que le duele mucho la cabeza, téngala junto a la boca y caliéntela con su aliento para humedecerla con su aliento, y asi húmeda, unte con ella las sienes y la frente y después póngasela en la boca y téngala una horita corta en la boca y mejorará.
»Y quien tenga muchas flemas y saliva, que caliente buen vino. Luego ponga un paño de lino encima de un vasito y una esmeralda encima del paño y vierta el vino caliente sobre la piedra para que pase por el paño. Hágalo una y otra vez, como el que hace lejía, y luego beba a menudo el vino así preparado y coma frecuentemente harina de habas y le purgará el cerebro y le disminuirá la flema y la saliva.
»Y si a alguien le comen los gusanos, ponga un paño de lino sobre la llaga y la esmeralda encima, y ate encima otros pañitos como el que pone un cauterio y hágalo por así para que la piedra se caliente dentro. Hágalo así tres días y los gusanos se morirán». (Física, 4º, I; PL, 1249 ss.)

 

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