EL ÁNGEL PROVEEDOR
En una oportunidad, el profeta Elías estaba en pleno desierto, después de haber huido de Jezabel y estaba hambriento y sediento y quería morirse. Se deseó la muerte, se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel lo tocó y le dijo: Levántate y come. Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. Volvió segunda vez el ángel de Dios, le tocó y le dijo: Levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti. Se levantó, comió, bebió y, con la fuerza de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta
noches hasta el monte de Dios, el Horeb (1 Re 19).
Así como el ángel le dio de comer y beber a Elías, también Dios nos puede dar de comer y beber por medio de nuestro ángel, cuando estemos en momentos angustiosos. Puede hacerlo con un milagro o por medio de otras personas que compartan su pan y su comida con nosotros. Por eso, Jesús nos dice en el Evangelio: Dadles vosotros de comer (Mt 14, 16). Nosotros también podemos ser como ángeles
proveedores para otros que están en necesidad.
Angelologo, no dices el nombre del ángel proveedor. Sin el nombre no sirve de nada saber que hay un ángel proveedor
En la Biblia no dice más que el «mensajero» ( מַלְאַ֨ךְ )[malák] . El nombre del ángel denota su misión, en este caso es proveer de alimento a Elias. Su nombre es «angel proveedor». Los católicos no llamamos a los ángeles de Dios por sus nombres – salvo a Miguel, Rafael y Gabriel – pues no han sido revelados por Dios en la Biblia. Y si no tienes seguridad de a quién llamas, para que llamar a nadie si puede venir alguien que no deseas. El resto de nombres de ángeles que vienen citados en la Biblia son del enemigo.