EL ÁNGEL DEL CONSUELO
Cuando Jesús estaba angustiado y sudando sangre en Getsemaní, se le apareció un ángel del cielo que lo consolaba (Lc 22, 43). Nosotros también necesitamos consuelo en los momentos tristes y difíciles de la vida. Nuestro ángel será entonces nuestro consolador. Y podemos invocar al ángel del consuelo, que consoló a Jesús en Getsemaní. Por otra parte, no nos olvidemos de ser nosotros también como ángeles consoladores para los demás.