EL ÁNGEL DE NUESTROS SUEÑOS
A veces, Dios puede permitir que un ángel nos comunique mensajes por medio del sueño como lo hizo con José, a quien le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es obra del Espíritu Santo… Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado (Mt 1, 20- 24). En otra oportunidad, el ángel le dijo en sueños: Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto y estáte hasta que yo te diga (Mt 2, 13). Y muerto Herodes, de nuevo se le presenta en sueños el ángel y le dice: Levántate, toma al niño y a su madre y ponte en camino a la tierra de Israel (Mt 2, 20).
También Jacob, mientras dormía, tuvo un sueño. Soñó con una escalera, apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella… Y vio que Dios estaba sobre ella. Y asustado dijo: ¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa, sino la casa de Dios y la puerta del cielo! (Gén 28, 12-17).
Los ángeles velan nuestros sueños, suben al cielo y bajan a la tierra, si se puede hablar así, para presentar ante Dios nuestras obras y oraciones. Mientras dormimos, los ángeles oran por nosotros y nos ofrecen a Dios. ¡Cuánto ora nuestro ángel por nosotros! ¿Hemos pensado en agradecérselo? ¿Y si pedimos oraciones a los ángeles de nuestros familiares y amigos? ¿Y a los que están adorando a Jesús en los sagrarios? Pidamos oraciones por nosotros a los ángeles. Ellos velan nuestros sueños.