Del sexo de los ángeles y de Dios, ¿cuestión bizantina?

19-04-2024

Hablar del sexo de los ángeles es una expresión que se utiliza para referirse a discusiones o debates sobre temas abstractos, teóricos o irrelevantes. Se refiere a discutir algo que no tiene una respuesta clara o definitiva, similar a debatir sobre algo que es imposible de determinar o que no tiene relevancia práctica.

Hay un artículo de Luis Antequera sobre este tema en religionenlibertad.com (ver aquí), que entra en detalle de cómo se llega a esta expresión y de lo bizantino que es hablar del asunto.

En este artículo se omite la opinión de Santo Tomás de Aquino, conocido como el Doctor Angélico, cuyos escritos son ampliamente considerados los más claros en la doctrina católica sobre los ángeles. En su obra «Suma Teológica», en la cuestión 51, se aborda este tema, explicando que aunque los ángeles son espíritus puros, tienen la capacidad de asumir un cuerpo y realizar acciones como hablar, caminar, y comer debido al cuerpo que toman prestado. Sin embargo, se argumenta que este cuerpo es utilizado temporalmente para cumplir con su misión y no como parte inherente de su ser. Asimismo, al referirse a los demonios íncubos o súcubos que se relacionan sexualmente con los humanos, se explica que lo hacen a través de un cuerpo prestado que está poseído por su espíritu. En la cuestión 93, Santo Tomás también justifica que los ángeles fueron creados a imagen y semejanza del Creador.

Este tema sobre si los angeles tienen o no tienen sexo, creo que lo resume Jesús comparando las almas de las personas en el cielo (Mt 22: 30) estableciendo que ni unas ni otras lo tienen, pues los hombre y mujeres casados viven en el cielo como ángeles, es decir que no se relacionan sexualmente (en el cielo).

Pero quiero alargar esta cuestión tan bizantina prolongando la semejanza al creador: si las almas humanas y los angeles se asemejan en que no tienen sexo y estan hechas a imagen y semejanza del credor, esto significa que Dios no tiene sexo.

Este debate se vuelve significativo, ya que para sostener la idea de que el género es independiente del sexo, y de que todas las almas (la parte inmortal del ser humano) no tienen género ni sexo al ser creadas, por ser creadas a imagen y semejanza de Dios, requeriria cambiar cientos de siglos de teologia y cultura religiosa

Si bien es cierto que algunos individuos pueden tener conocimiento de esta perspectiva, incluso si no comparten la creencia en la inmortalidad del alma, sería necesario que todos aquellos que siguen alguna fe en un Dios creador respalden teológicamente la idea de que las almas inmortales son asexuadas y no poseen un género definido antes de su nacimiento. Esta afirmación plantea un desafío significativo, ya que implica la necesidad de un consenso teológico dentro de cada creencia religiosas que reconozca esta concepción de las almas como seres sin género ni sexualidad predefinida. Este enfoque requeriría un profundo análisis y debate dentro de las comunidades de fe para llegar a un entendimiento compartido sobre la naturaleza espiritual y la ausencia de género en las almas inmortales según sus respectivas tradiciones religiosas.

¿ Lo conseguiremos ? Yo creo que no, pero no es una discusión bizantina.

La igualdad de todos los seres humanos, independientemente de su género o sexualidad, es un principio fundamental que debería ser aceptado tanto por creyentes como por no creyentes. En la sociedad actual, la diversidad de género y sexualidad es un aspecto intrínseco de la identidad de cada individuo, y es crucial reconocer y respetar esta diversidad en aras de la justicia y la equidad.

Desde una perspectiva ética y humanitaria, todos los seres humanos merecen ser tratados con igualdad y dignidad, sin importar su género o preferencia sexual. La aceptación de la diversidad de género y sexualidad enriquece nuestra sociedad al fomentar la inclusión, el respeto mutuo y la convivencia pacífica. Al reconocer la igualdad de todos los seres humanos, se promueve un ambiente de tolerancia y comprensión que beneficia a toda la comunidad.

Esta nueva concepción del ser humano marca un cambio de era, no tiene vuelta atrás, y es significativo que nos impulsa hacia el futuro de manera acelerada, exigiendo que asimilemos todas las implicaciones que esto conlleva. 

La semejanza que tiene este tema con la lucha de clases del siglo XIX nos lleva a pensar que no va a ser un transito en armonia y paz sino beligerante y lleno de enfrentamientos. 

A continuación, se enumeran algunas posibles consecuencias de esta transformación:

Cambio de la estructura familiar: 

  1. La igualdad gestionada como la revolución sexual de la mujer plantea la posibilidad de impactar significativamente en la estructura familiar. Se vislumbra la ruptura de las familias, lo que podría llevar a la pérdida del apoyo vertical y horizontal entre los miembros de la unidad familiar. La revolución sexual, impulsada por la búsqueda de igualdad de género, ha generado cambios en las relaciones interpersonales y en la dinámica familiar. La pérdida del apoyo vertical implica la ruptura de la jerarquía familiar tradicional, mientras que la pérdida del apoyo horizontal se refiere a la disminución de la solidaridad y el apoyo mutuo entre los miembros de la familia. Es crucial abordar estos cambios de manera reflexiva y proactiva, fomentando el diálogo, la empatía y la adaptabilidad para fortalecer los lazos familiares y promover la equidad y la inclusión.
  1. Aumento de la sensacion de soledad y como consecuencia aumento del suicidio: Como consecuencia de la revolución sexual, se ha observado un aumento en la sensación de soledad en algunas personas. Esta mayor sensación de aislamiento y desconexión emocional puede llevar a un incremento en los casos de suicidio. La transformación de las relaciones interpersonales y familiares debido a la revolución sexual puede generar un impacto en la salud mental de individuos que se sienten más solos o incomprendidos en un entorno de cambios rápidos y desafiantes. Es importante abordar esta situación con medidas de apoyo emocional, prevención del suicidio y promoción de la salud mental para mitigar los efectos negativos en la sociedad.
  1. Cambios epigenéticos que heredarán nuestros hijos, nietos y bisnietos: El impacto epigenético provocado por la revolución sexual es un tema complejo y de gran interés en la actualidad. La revolución sexual y los cambios socioculturales asociados a ella pueden influir en la expresión de los genes a través de modificaciones epigenéticas, que son cambios en la actividad genética que no implican alteraciones en la secuencia del ADN.La exposición a nuevas ideas, normas sociales y experiencias relacionadas con la revolución sexual puede desencadenar respuestas epigenéticas en el organismo. Estas respuestas pueden afectar la forma en que se activan o desactivan ciertos genes relacionados con la sexualidad, el comportamiento, la respuesta al estrés y otras funciones biológicas y psicológicas.

Por ejemplo, la exposición a situaciones de estrés emocional o conflicto interpersonal derivado de los cambios en las relaciones familiares y de pareja debido a la revolución sexual puede inducir cambios epigenéticos que modifiquen la expresión de genes implicados en la regulación del estado de ánimo, la respuesta al estrés o la salud mental en general.

Además, la adopción de nuevas formas de pensar sobre la identidad de género, la sexualidad y las relaciones interpersonales puede influir en la configuración epigenética de los individuos, lo que a su vez puede tener repercusiones en su bienestar emocional y psicológico.

Aquí te presento otros aspectos adicionales que podrían cambiar en un futuro próximo como consecuencia de la igualdad de género y que resultan imprevisibles:

1. Externalización de la maternidad: La búsqueda de igualdad plena puede llevar a penalizar las diferencias objetivas entre las personas, como la maternidad. Se prevé un esfuerzo sin límites para externalizar la maternidad a través de la gestación de embriones humanos mediante tecnología y máquinas.

2. Creación de embriones con propósitos específicos: Se podría impulsar la creación de embriones de sexo masculino con características genéticas definidas para funciones particulares. Se espera que los embriones masculinos sean diseñados para ser dóciles, atléticos y aptos para realizar tareas físicamente exigentes, lo que podría desafiar las normas de género establecidas a lo largo de la historia.

3. Necesidad de un gestor para la supervivencia de la especie: Ante los cambios radicales, la especie humana requerirá un líder con autoridad para garantizar la supervivencia. Sin embargo, la corrupción inevitable de ese líder podría conducir a una selección de células masculinas y femeninas para propósitos y necesidades específicas, lo que podría acentuar los privilegios de ciertas familias y generar una sociedad más pequeña pero poderosa.

4. Transformación de la religiosidad: Las ideas religiosas contrarias a estos nuevos planteamientos podrían ser perseguidas y eliminadas, dando paso a una espiritualidad centrada en la búsqueda del yo sin conexión con la divinidad.

5. Búsqueda de la inmortalidad del alma a través de la clonación: Se plantea que la inmortalidad del alma se lograría mediante el desarrollo de la clonación, permitiendo transferir el alma de un cuerpo a otro. Sin embargo, este avance solo estaría al alcance de aquellos con mayores recursos económicos, lo que podría generar desigualdades significativas en el acceso a esta tecnología.

Estas posibles consecuencias reflejan los desafíos éticos, sociales y culturales que podrían surgir en un futuro marcado por cambios profundos en la concepción del ser humano y su relación con la tecnología y la sociedad. Es fundamental reflexionar sobre estos escenarios y considerar cómo abordarlos de manera ética y equitativa en beneficio de toda la humanidad.

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