ÁNGELES DE PAZ
Todos los ángeles desean la paz y quieren construir la paz a su alrededor. Pero en este mundo, en que hay tanta violencia, es importante que los invoquemos para pedirles paz para nosotros, para nuestra familia y para el mundo entero. Quizás hemos ofendido a alguien sin darnos cuenta y no nos quiere perdonar o nos guarda rencor o no quiere hablarnos. En éstos y en otros muchos casos, es muy eficaz pedir al ángel del otro que prepare su corazón para que haya comprensión y reconciliación. Es evidente
que, por más malvada que sea la persona que nos ha ofendido, su ángel es bueno. Por eso, el invocar a su ángel puede ayudar a arreglar las cosas. Esto puede suceder también, cuando debamos tratar un asunto importante con otras personas y debamos llegar a un acuerdo decisivo. Es muy eficaz en estos casos el pedir a los ángeles que preparen las mentes y los corazones de todos para llegar a un buen acuerdo sin engaños ni mentiras.
A veces, puede ocurrir que nos ofendan sin razón, que nos traten injustamente o que nos castiguen sin motivo. En todos estos casos, es bueno pedir la ayuda de nuestro ángel, para que nos ayude a perdonar más fácilmente, aunque nos resulte muy difícil. Pensemos en tantas familias divididas. Tantos esposos que no se hablan o que no se aman o que se engañan mutuamente. Tantas familias en las que se vive en una violencia continua y donde los niños sufren lo indecible. ¡Cuánto bien puede hacer la invocación a los ángeles! Pero, muchas veces, falta fe y ellos no pueden actuar, están como atados y miran con tristeza tanta desunión y agresión familiar.
¡Qué triste es, cuando se acude a los adivinos, brujos o curanderos para que arreglen las cosas! Ellos las van a empeorar y además van a cobrar dinero. Pidamos a nuestros ángeles que pongan paz en las familias. Y seamos nosotros mismos para los demás, ángeles de paz.