#06 Cristo resucitado, nuestra esperanza

Cristo resucitado, nuestra esperanza

Reflexión sobre catequesis del Papa Francisco en Audiencia General del 19 de abril de 2020

San Pablo al final de su carta a la comunidad de Corintio en su capítulo 15 les habla de un hecho: Cristo murió, fue sepultado, resucitó y se apareció vivo a Pedro y a los doce, luego a más de quinientos a la vez, luego a Santiago, luego a todos los apóstoles, luego a él. ¡Jesús está vivo! este es el núcleo del mensaje cristiano.

Anunciando este acontecimiento, que es el núcleo central de la fe, Pablo insiste en el último elemento del misterio pascual, es decir en que Jesús ha resucitado. Si todo hubiera terminado con su muerte, en Él tendríamos un ejemplo de devoción suprema, la historia de un héroe, pero este hecho no puede generar nuestra fe. La fe nace de la resurrección. Aceptar que Cristo murió y murió crucificado no es un acto de fe, es un hecho histórico. Sin embargo creer que jesús ha resucitado sí es un acto de fe.

¡Qué bonito es pensar que el cristianismo, esencialmente, es esto! Ya no es la cuestión nuestra búsqueda de Dios, sino que ahora es Dios quien nos busca a nosotros. Jesús nos ha tomado, nos ha agarrado, nos ha conquistado para no dejarnos jamás. Se ha quedado, como Enmanuel, en medio de nosotros, en la Eucaristía, para buscar nuestra unión con Él, para que cuando todos estemos sujetos a Él en su Reino, Él se lo entregue al Padre, para que Dios sea todo en todos. Jesús al resucitar nos envía su Espíritu cuyos frutos en nosotros son primicias del reino: «caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad»

Podemos, como en la mañana de Pascua, ir al sepulcro de Cristo, ver la gran piedra volcada y pensar que Dios está realizando para mí, para todos nosotros, un futuro inesperado. Ir a nuestro sepulcro: todos tenemos un poquito dentro. Ir ahí, y ver cómo Dios es capaz de resurgir de ahí. Aquí hay felicidad, aquí hay alegría, vida, donde todos pensaban que hubiera solo tristeza, derrota y tinieblas. Dios hace crecer a sus flores más bonitas en medio de las piedras más áridas.

Queridos sembradores de esperanza, Cristo resucitado es nuestra esperanza. Cristo vive en medio de nosotros, en nosotros. Hagamos actos, frutos de la fe que profesamos, llevando paz y alegría a nuestro entorno.

Jose Gardener
Sembradores de Esperanza

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